miércoles, enero 23, 2013
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El Mercado Central de Abastos de Cádiz ha ampliado en las últimas fechas su oferta al público. Son varios los nuevos negocios que han abierto las puertas que dan una nueva y peculiar imagen hasta ahora desconocida en Cádiz. Además de los tradicionales puestos existentes se ha sumado una nueva propuesta gastronómica.


Han sabido respetar cada uno su espacio y dar un servicio distinto y especializado. Se pueden encontrar desde quesos, chacinas y vinos, productos y comidas argentinas, zumos y batidos a comida japonesa. Incluso, uno de los nuevos puestos se encarga de cocinar los alimentos que el cliente aporte para llevárselos ya guisados.

Estas iniciativas chocan con otros puestos que anuncian en su frontal un cartel de 'Se traspasa'. No todo el mundo puede resistir este momento de cambio que sufrimos y el ejemplo es la convivencia entre la ilusión por un nuevo proyecto y la decadencia de otros que no sobrevivieron. Teniendo en cuenta que detrás de ambas realidades hay personas, familias, esperanzas y fracasos.

Los ejemplos de Madrid y Barcelona
Estos nuevos puestos siguen la estela de otros muchas plazas de abastos que se han visto en la necesidad de reinventarse y combinar la venta tradicional con nuevos productos o nuevas visiones para esos productos. Dicen que casi todo está inventado pero que la forma que se les dé a las ideas hacen que esta sea original o no. Los ejemplos más claros son los de los mercados de La Boquería en Barcelona y el Mercado de San Miguel en Madrid.

Solo entrando en las páginas web de ambos mercados se ve que algo ha ocurrido en esos centros comerciales. Se ha ampliado la oferta y, seguro que con diferencias internas, se percibe una actitud unida y proactiva de los comerciantes. La conclusión a la que se puede llegar es sencilla: O reaccionamos y nos salvamos todos o se acabó el negocio.

En Cádiz, los precios son asequibles. Tampoco se puede pretender crear un mercado para clientes de lujo ni comparar la actividad comercial de Madrid y Barcelona con la de la capital gaditana. Pero cada cosa tiene que adaptarse al entorno y poder aportar algo nuevo. Todo tiene su riesgo. Es algo inevitable cuando se emprende. Esperemos que estos nuevos negocios se asienten y que el beneficio se note en el resto de los puestos de la plaza y en el entorno. Pero es necesaria la iniciativa de todos los implicados. Es inútil quedarse sentado a esperar.



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