De ilusiones también se vive

Cádiz es nuestra ciudad. Y si tanto presumimos de ella es por algo. Cualquiera de los ciudadanos que vivimos en Cádiz, el día a día, tanto nacidos aquí como no... nos encanta presumir de la tierra; cosa bien cierta, respetable, compartida y por supuesto acertada.

La idea de "EL MURO DE CÁDIZ" es el contraste de opiniones, el reflejo de que los ciudadanos a pie tienen una opinión, incluso distinta entre ellos. Y eso es lo bueno, porque todos sabemos que el contraste y la diversidad de opiniones es la base sobre la que construimos la sociedad, la política, la cultura, la ciudad. Si hay un blog como éste es porque algo pasa. Si hay prensa manipulada, si hay opiniones inciertas y si hay debate sobre la ciudad es porque algo pasa. Hagamos esa crítica, soy un joven de 23 años, Licenciado y en prácticas, con ganas de comerme el mundo e irme, pero quiero el cambio de mi ciudad. Quiero ver esa crítica, pero esa crítica hay que saber para que nos sirve.

Debe ser constructiva. Nunca, a diferencia de lo que piensen muchos, debería ser derrotista. Nos hace tomar conciencia a todos. Y queramos o no, entra en nuestra forma de ser el mirar hacia delante y pensar que todo va a salir bien. Por ejemplo, si nuestras fiestas son cada vez peor, y febrero tiene un carnaval peor organizado... mejores agrupaciones, mayor fanatismo, mejor concurso, mejores letras y más ilusión para el año siguiente. O si nuestro equipo juega mal, peor juego, mayor enfado, insultos y desprecios a la institución.... pero a "reventar" para la jornada que viene.

Hay muchas cosas en esta ciudad que deben cambiar. Demasiadas, tal vez. Precisamente por eso la queja no es suficiente. Ni la toma de conciencia tampoco. Hagamos que la crítica llegue cada vez a más sitios, que demostremos que estamos hartos que se hable de nuestra ciudad como un lugar sin futuro, y que los jóvenes no pierdan esa ilusión que muchos sí tienen de seguir en la ciudad, porque de ilusiones también se vive. Los hay que dicen que la suerte además de tenerla, se busca. Y creo que el pueblo gaditano es aquel que la busca. ¿Tiempos de crisis? Los peores. Pero Cádiz ha estado en crisis más de una vez. Y más veces que el resto del país y del mundo. Llamadme iluso, pero por muy mal que pinten las cosas, por mucho tiempo que tenga que pasar en el extranjero, y por muchas ganas que tenga de ver el cambio que necesita la ciudad; estoy seguro que llegará. Y creo que el pueblo de Cádiz recuperará esa actividad que parece haber perdido. Y es que actos como los de la cumbre nos colman a todos. Pero quizás debamos pensar, también, por qué ha sido aquí en Cádiz y no en otro sitio. Decimos que Cádiz no tiene futuro. Tal y como van las cosas parece que no, no lo tiene. Quizás debamos ser más de lo que aparentamos, o al menos llegar a ser lo que aparentamos. Quizás no destinan a Cádiz lo que tienen que destinar, no le dan las oportunidades a la ciudad que se merece, o no pueden dárselas. Y eso, que viene desde arriba, nos afecta a nosotros, que estamos abajo. Si los que mandan no lo hacen bien, o el pueblo cree que hay que hacer algo, hagámoslo entre todos.

Hay muchas ideas buenas por realizar, y muchas iniciativas que tomar, y si vamos a estar esperando que venga alguien de fuera y nos lo haga, vamos apañados. Seamos críticos, yo el que más. Pero no perdamos ese optimismo que tanto nos caracteriza. Esa picardía, esa ironía que hace que la sonrisa y la alegría siempre se relacione a la ciudad, y esa capacidad para derrotar algo, no puede permitirnos ahogar el submarino que somos: a veces tan alto y a veces tan bajo.