El ministro de Educación, José Ignacio Wert cuestiona si un
estudiante que no llegue al 6,5 debe seguir en la universidad.
Yo, personalmente, creo en cada uno debe trabajar para
conseguir las cosas. No creo en los regalos, tampoco en los académicos y creo
que se debe ser exigente con aquellos a los que se les da una beca
universitaria.
Los sistemas sociales tienen sus lagunas y, algunas de
ellas, se convierten en una playa para los que saben absorber del sistema todo
su jugo. Se podría decir que son parásitos de segunda clase, de esos que
aprenden a vivir de las ayudas del Estado, no darán nunca un palo al agua, pero
tampoco se harán ricos a costa del mismo.
El Estado, por su parte, tiene como pilares de su propia
estructura a otro tipo de parásitos. Parásitos “Premium” podríamos decir. De
esos que tan bien saben controlar el tráfico de influencias, que saben como
hacer más piña que la casa de “Bob Esponja” para que no se vote en el Congreso
en contra de sus privilegios y de los que, cuando acaben su mandato, se
jubilarán como altos cargos de alguna que otra importante empresa.
¡Pero esto es España amigos! Y para honrar al país de
refranes que tenemos, aquí veremos la paja en el ojo ajeno, para que no se
hable de la viga del nuestro, aunque tengamos que introducírsela en su globo
ocular con nuestras propias manos.
Y en esos menesteres está Wert porque, cuando nuestro
querido ministro se cuestiona las posibilidades de un universitario con menos
de un 6,5 de media ¿lo hace sólo refiriéndose a los que estudian a base de
becas o también al resto? ¿Es que acaso la excelencia académica es sólo un
requisito exigible a quienes obtienen sus estudios con ayudas del Estado? ¿No
importa que seas un licenciado de 5 si eres tu el que paga su propia matrícula?
Porque estaríamos entonces cayendo en el error de mezclar
conceptos. ¿Hablamos de excelencia o de capacidades económicas?
Como he dicho al principio, no creo en los regalos, pero,
sinceramente, no sé si a día de hoy yo poseería la carrera que tengo con estos
requisitos y lo peor es que, alguien con mi mismo expediente pero con la
cartera más repleta ni siquiera tendrá que plantearse esta pregunta.
Hay profesionales excelentes cuyas notas no son un referente
y hay excelentes expedientes que no saben desarrollar sus capacidades más allá
del ámbito académico porque estudiar y trabajar no es la misma cosa.
Hay carreras muy complejas, cuya estructura no está bien
planteada. ¿Alguien conoce a muchos ingenieros que sean capaces de sacar sus
estudios a curso por año? ¿De finalizar sus estudios en los años estipulados?
Es prácticamente imposible.
La vida no es algo constante y todo el mundo puede tener un
mal año, perder la concentración indispensable para conseguir el reto de sacar
un curso. Si tienes dinero para pagar la matrícula del siguiente año no pasa
nada. Has pasado la criba de nuestro sistema. Si no, este te devorará como una
madre hámster con un hijo deforme.
Al final, no hablamos de que estudien los mejores. QUE NO
NOS ENGAÑEN. Sólo hablamos de que estudien los que pueden.
QUE NO NOS ENGAÑEN. Esto no es Estados Unidos y nuestras
universidades privadas no son Harvard ni Yale, donde además de gastarte una
pasta tendrás que ser un erudito para poder acceder.
Aquí con que pongas la “mortelá” es suficiente y a menudo
son las notas medias que no llegan a los parámetros exigidos por la pública,
las que ocupan las aulas de pago. Lo sé bien porque durante un breve periodo de
tiempo, yo fui una de esas notas bajas a las que una universidad privada
recibió con los brazos abiertos.
Y llegamos ahora a Cádiz, tema que nos interesa en “El
Muro”. Observemos como una ciudad acosada por el paro de manera tradicional, no
sólo a consecuencia de la crisis, tiene como uno de sus pequeños motores de
empuje económico el ámbito universitario.
Pisos en alquiler, gastos en materiales, impresiones,
alimentación y, por qué no decirlo también, fiestas; que nutren a pequeñas
empresas de la zona.
Observemos como al votar a un alcalde, no votas a una
persona que luchará por tu ciudad, si no al lacayo de un Gobierno nacional, del
que acatará órdenes, a pesar de que estas puedan perjudicar a las personas
gracias a las cuales se ganan su sueldo.
Me pregunto qué nota media tendrían que obtener en la
universidad a quienes votamos para asegurarnos de que esto dejara de ser así.
Están dejando claro qué es lo que quieren: dejar al pueblo sin estudios, sin cultura. Que se sienten frente al televisor a ver Grandes Hermanos y Corinas. El gobierno necesita un pueblo que no de problemas, que no se manifieste, que no se indigne, que dejen hacer y deshacer a los políticos sin rechistar y la mejor forma de conseguirlo es incentivando la incultura como lo están haciendo. Que solo estudien unos pocos y estos pocos cuando tengan que ganarse el pan tengan que irse a Alemania a hacerlo. Con lo bonito que sería en vez de una verdadera lucha entre licenciados para conseguir trabajo e intentar que la gente no estudie, crear empresas y hacer que España sea un país competitivo. Pero no, tristemente es más fácil estar a los intereses del mandatario dejando a un país en la miseria y en la incultura ¿Estos son los políticos que quieren el bien de nuestra nación? Qué pena y negro futuro nos espera.
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