Y seguimos impasibles.

Últimamente no me encuentro demasiado bien. Supuestamente debería ser una buena época para mí: Tengo 23 años una juventud por delante y me quedan muchas cosas por conocer. Pero no puedo evitar ponerme triste cada vez que leo un periódico, enciendo la televisión o salgo a la calle.

Momento de la lectura del manifiesto. E.G.F

El pasado viernes se convocó una manifestación frente el Oratorio de San Felipe Neri – paradójicamente el lugar donde se aprobó la libertad de imprenta- para luchar contra el mal trato que está recibiendo el periodismo en nuestro país. Sin alejarme mucho, ayer, 129 profesionales de ‘El País’ fueron despedidos siendo comunicados por un email y hace unas semanas se les hacía un ERE a otros 24 del Diario de Cádiz.

Hace ya casi un año y medio que terminé la carrera. Debo admitir que la finalicé con pocas expectativas porque ya en la misma facultad nos ponían en alerta sobre el negro futuro que nos esperaba. Desde que acabé, mi vida se ha basado en gastar el dinero de mis padres para seguir aprendiendo e intentar conseguir prácticas en las que nunca cobro un mísero euro.  Sé lo que pensáis: Si quiero dignificar esta profesión que tan mal momento está pasando debería ser la primera que no aceptara estas vergonzosas condiciones, pero no es tan fácil. Si no acepto yo, vendrán trescientas personas detrás de mí con la misma sed de futuro y dispuestas a pagar el mismo o mayor precio que yo. Y no puedo dejarlo escapar, esto es una lucha encarnizada para ver quien se consigue labrar un futuro (lo del ‘buen futuro’ lo elimino directamente. Eso se acabó hace tiempo).

De camino a la manifestación me encontré con otras dos más, incluyendo otro grupo de otra factoría que también se unió a la nuestra. Y yo tras ver esta situación, que cada vez afecta a más gente, me pregunto ¿por qué Cádiz sigue de brazos cruzados sin hacer nada mientras la bahía se muere? Ya no quedan empresas en nuestra ciudad-Si alguna vez existieron, claro-. Y cada vez son más las personas que tienen que irse de aquí para poder vivir medio dignamente.

Esta semana se celebra la Cumbre Iberoamericana, y yo, ilusa de mí, me gustaría pensar que si Cádiz no fuera conformista, si quisiera luchar por todo lo que le quitan y tuviera el valor suficiente, se plantaría frente al Palacio de Congresos para luchar por los derechos y la dignidad que le están robando día a día.

Seguimos impasibles mientras que la gente se suicida por no poder afrontar los problemas económicos, donde cada vez se despide al trabajador en unas peores condiciones y donde se aprovechan de esta estafa llamada crisis para explotar a personas que están empezando y donde cada vez existen más españoles en el umbral de la pobreza. Señores ¿Hasta cuándo vamos a permitir esto?

Si no despertamos ya, será demasiado tarde. Habrán podido con nosotros.

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