jueves, mayo 09, 2013
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Muchos ya conocerán la historia de Lorenzo Jiménez, un gaditano parado (sí, han oído bien, aunque les parezca imposible de creer, en Cádiz también hay parados) que cumple arresto domiciliario, durante 15 días, por “desobediencia leve”.

La acusada desobediencia responde a la negativa de Lorenzo a retirar, de la plaza del Palillero, unos carteles que informaban a la ciudadanía de una supuesta adjudicación irregular para la instalación de las famosas pantallas LED, destinadas a la difusión de publicidad, según afirman diversos medios que se han hecho eco de la noticia, como “El independiente de Cádiz” y “Público.es”.



 El nombre de este maduro activista del 15 M también se ha hecho popular por protagonizar un tenso momento en el pleno del Ayuntamiento, el pasado 29 de abril. Una vez iniciado el turno de palabra del público, Jiménez dio la espalda a los concejales y se dirigió directamente a la ciudadanía, mientras leía un manifiesto en el que criticaba, precisamente, la supuesta adjudicación irregular de las pantallas, entre otros casos de corrupción en la ciudad.

Como se puede ver en el siguiente vídeo, facilitado por la plataforma “Graba tu pleno, Cádiz”, a la concejala del PP, Mercedes Colombo, le hizo tanta gracia este (quién podría dudarlo) chistoso momento que se dedicó a grabar y hacer fotos a su intervención.


Que los políticos se ríen del pueblo no es nada nuevo pero hay que reconocerle el mérito a esta señora. Pocas veces habíamos tenido el placer de contemplar tan desvergonzadamente manifiesta una jocosa sonrisa primaveral en medio de un salón de plenos. Debe ser por aquello de que, según este gobierno local, Cádiz es la ciudad que sonríe.

Volviendo al motivo que está obligando a Lorenzo Jiménez a pasar más de dos semanas recluido en su casa, hay que reconocer que el tema también tiene su gracia. Casi llamo a Mercedes para partirnos el culo mientras escribo esto.

Unas pantallas LED, destinadas a la publicidad o así se quería hacer ver, antes de que nos permitieran darnos cuenta -sin ningún tipo de tapujo o disimulo-, que su único contenido está basado en que descubramos, una vez más, las mejoras habidas y por haber en la “tacita de plata” porque con “El Ayuntamiento de Cádiz, Sí”; intercalando, para despistar, alguna que otra ofertilla de El Corte Inglés.

Unos panfletos, colgados en cuerdas de tender, que pretenden hacer conocedor al pueblo de la posible irregularidad en la concesión de las instalaciones de las mismas.

La primera forma de propaganda está financiada, en primera instancia por dinero público (se suponía que luego los anuncios permitirían la amortización del gasto… Llamadme incrédula pero “pá” mi que no), hace uso de la superficie de la ciudad, no atiende a las advertencias sobre la inseguridad vial que supone y, al igual que los mamotretos, están colocadas bajo la antiquísima forma de gobierno basada en hacer lo que me sale a mí de los genitales.

Entiendo que lo criticable de la segunda, para llegar a utilizar al poder policial para eliminarla, es hacer uso de la superficie de la ciudad y, un poco, reconozcámoslo también, la “genitabilidad” de la iniciativa.

Conclusión 1: dos de los elementos criticables están contenidos en la forma de proceder del propio Ayuntamiento y, el resto, como es lógico teniendo en cuenta la ausencia de poder del segundo, ni siquiera están presentes.

Conclusión 2: utilizar panfletos propagandísticos para dar a conocer una posible adjudicación irregular de obras y servicios, cuyo objetivo final es la propaganda en sí, puede tener como consecuencia que te arresten.

Conclusión 3: a pesar de que, en este caso, hacer una regla de tres es tan fácil como sumar dos más dos, nadie arrestará al primer propagandista, no ya por lo legal o ilegal de la adjudicación -cosa que no está demostrada- si no por actuar exactamente de la misma manera que el segundo y arrestado propagandista.

Vivir en una ciudad (seguramente, en un país) sin ley, en el que cualquiera que ostente el poder puede hacer de su capa un sayo, coger lo que le apetece, poner lo que quiera donde quiera, sin que nadie pueda impedírselo, mientras que el pueblo es reprimido por actuar de manera ínfimamente semejante, y           que quienes ostentan ese poder se permitan el lujo de reírse en la cara de los que intentan cambiarlo, es algo que no deberíamos permitir nunca.

6 comentarios:

  1. Cádiz Conecta... solo hay que entrar en su impresionante página web para ver su labor por modernizar Cádiz y su enorme transparencia, solo hay que ver la sección contacto.

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  2. Además de ser una verdadera injusticia lo que se ha hecho con ese hombre, el tema de las pantallitas es algo vergonzoso. Recuerdo que cuando las pusieron se les llenaba la boca diciendo que no les costaba un céntimo a los gaditanos, a mi me gustaría que ese hecho que ellos tenían tan claro en aquel momento, lo demostraran.
    También es importante añadir que las pantallas por la noche deslumbran muchísimo y apenas tienen un uso publicitario (como se ha dicho en el artículo). También se ha hablado alguna vez de que puede distraer al conductor. Todo positivo y beneficios, vaya. Y si se demuestra lo de las irregularidades, apaga y vámonos.

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  3. Con el dinero q se gastan d luz en las pantallas podrian darle d comer a muchas familias gaditanas y dejarse d tanta propganda en defensa dl ayto,q ya hasta la gente de fuera sbe como.está la cosa realmente aqui!que se dejen ya d tonteriasss

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  4. Sin entrar al fondo del asunto que desconozco, la entrada podría estar redactada de forma más inteligible. Cuesta bastante enterarse de lo que se está diciendo, y eso ya sin entrar en el batuburrillo del fondo. Supongo que será un juez quien habrá condenado (justa o injustamente) a ese ciudadano, y no el ayuntamiento, ¿no?

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  5. Un juez condena porque hay una denuncia previa. La condena es por no pagar la sanción de la denuncia y quien denuncia es el Ayuntamiento.
    Lo de las pantallas si que es denunciable. Como bien se dice en el artículo es la forma de actuar de este ayuntamiento. Hago las cosas porque sí.
    Las pantallas no son ningún servicio público. No valen para nada y para lo que valdrían, que es dar información útil al ciudadano y al visitante, para eso no se utlizan.

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  6. Si fuese barato y realmente público el poder anunciarse en esas pantallas, esa fuente de ingresos pagaría el coste de las mismas de manera rápida a la vez que proporcionaría ingresos para los ciudadanos.

    ¿Qué ganamos con un anuncio del Ayuntamiento? ¿Saber que lo ha hecho él? ¡Ya lo sabemos! Es una campaña electoral que dura todo el año.

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